IKEA y la publicidad emocional que nos llega al alma

IKEA y la publicidad emocional que nos llega al alma

Que bien sabe IKEA emocionarnos, podemos acabar llorando o super felices, ellos saben cómo hacerlo.

En los últimos años IKEA ha ido escalando posiciones en el mundo de la publicidad y a día de hoy podemos decir que son uno de los grandes, junto con otras macroempresas como Coca-cola.

¿Qué tienen ambas que tanto nos gusta? Pues un lenguaje muy cuidado y muy personal, hasta el punto de que todos los anuncios son diferentes pero podemos reconocer casi al instante de empezar que se trata de un spot de la marca. Otro factor es que nos podamos sentir identificados con lo que estamos viendo, ponernos en la piel del protagonista del anuncio. Pero sin duda la clave del éxito es la emoción, cuando un anuncio consigue emocionarnos, la marca nos acaba ganando. Ese es el objetivo de la publicidad emocional.

IKEA como siempre lo vuelve a hacer con su spot “My son”. Aquí se cumplen todos los puntos, el que sea padre se verá reflejado en esa madre que no quiere que su hijo crezca. El anuncio transcurre en un IKEA, como no, y muestra a una mujer con un niño comprando muebles. El niño se encarga de todo, coger los muebles, pagar la compra, cargarlo todo en el coche; una actitud no muy normal en un niño. Cuando se montan en el coche vemos como este se monta en el lado del conductor, acto seguido se enfoca a la madre para poco después descubrir que el niño era realmente más mayor. Una madre que no quiere ver crecer a su hijo y que éste se de casa. ¡Que sentimiento tan real!

Nosotros no hemos podido evitar soltar una lagrimita. ¿Vosotros habéis aguantado la emoción?

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